Dos hermanos alemanes de Dresde, Robert y Kurt Siodmak, testigos de un matrimonio que se desmoronaba e hijos de un padre violento y autoritario, fueron también señalados. El matrimonio Siodmak era un matrimonio de conveniencia; ella tenía abolengo, prestigio y solamente dinero, él solo tenía dinero. El matrimonio se detestaba y pese al lujo, la pujanza económica y la capacitación cultural, la vida familiar se convierte en un infierno para los 2 hermanos. A estas alturas, todos entendemos que los auténticos monstruos son los seres humanos.
Por norma general este trastorno muestra un desequilibrio mental en el cual el tolerante cree real su trasformación en un lobo y adquiere su conducta. En su conducta animal, el paciente frecuenta padecer modificaciones en la nutrición, como comer en demasía, comer carne cruda, excesiva agresividad, puede presentar amnesia reaccionaria en un corto plazo, una doble personalidad y sus actos pueden seguirse de culpabilidad excesiva. Parecer ser que la plata o balas de plata para terminar con el hombre lobo se le ocurrió a nuestro escritor de guiones mientras escuchaba un serial radiofónico del Llanero Solitario y le logró gracia que el intrépido cowboy utilizara balas de plata.
Los pocos previsores en apilar leña en el otoño pagaban ahora su negligencia. La noche podía más que la blancura de los prados. Qué bien difícil tener éxito (¡y un legado!) con esta propuesta en aquella época de guerra, donde en todas y cada una de las instancias se refuerza el mensaje de «nosotros los buenos y puros » vs. «los otros pésimos y malditos». El 7 es claramente un número al que se le suponen peculiaridades mágicas. Siete días para hacer el planeta en las religiones abrahámicas, los siete sabios de Grecia, los siete dioses de la fortuna nipones… raramente, en el folclore europeo el séptimo hijo era un poder benigno.
La Licantropía O La Leyenda Del Hombre Lobo
Al día después alguien lo comentó en la cantina. Nadie tomó a broma la maldición y mucho más de uno daba merced a Dios por no estar en el pellejo de Manolo. La nieve encerraba en sus viviendas a los vecinos de sus aldeas.
Unos pálidos, otros desencajados, nadie osó añadir palabra. El joven criado de Manolo juró y perjuró mil veces que él tiró su bocadillo a un lobo. Todos estaban convencidos de sus expresiones y le creían de forma plena.
El guion muestra que lo que le sucede a un conjunto étnico acaba afectando a todos, tarde o temprano»5. También hay proporción de novelas en las que aparecen como, por servirnos de un ejemplo, ‘El período del hombre lobo’ de Stephen King, la saga ‘Crepúsculo’ de Stephenie Meyer o ‘El don del lobo’ de Anne Rice, entre otras. Las hay románticas, de terror, de ciencia ficción…de todas las clases. Y además de esto estaba el influjo que tenía la luna llena en el comportamiento de algunas personas. Mucho se charló de la vieja, de su muerte y su maldición.
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Estos loberos, observando como habían logrado el respeto de los ganaderos, lo usaron de una manera muy oscura y sucia. Eran conscientes de su poder sobre los animales, de ese vínculo desarrollado con la manada, donde en este momento el líder era él y que les podían hacer tambalear su bolsillo, un instante en que el respeto se convertía en miedo. Y eso era lo que sentían los pastores cuando un lobero les dejaba caer de forma sutil que, en un abrir y cerrar de ojos, con únicamente una orden, sus lobos atacarían dejándoles sin ovejas, que harían lo que fuera por proteger a su líder. Efectivamente, las huellas correspondían a un lobo enorme. El pavor se extendió con la noticia, de fogón en fogón, de trébede en trébede. Nadie hablaba de la vieja fallecida de frío hacía varios años y menos de su maldición, pero todos la tenían pegada en sus psiques.
Insuflar en esos monstruos todo cuanto nos ofrece temor para poder sentirnos atemorizados, para lograr odiarlos. Otro hombre lobo es el granjero alemán Peter Stumpp, conocido como ‘El hombre lobo de Bedburg’, acusado en el año 1530 de brujería, licantropía y canibalismo. Diríase que logró un pacto con el demonio para tener la habilidad de convertirse en lobo. El personaje que pasó a la historia conocido como El Lobero de Castejón se llamaba Joseph de Elvira, era de Ribagorda, vivió en el siglo XVIII y visitó en alguna ocasión las cárceles de la Inquisición.
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College de Georgia, sobre el paralelismo entre ‘El hombre lobo’ y la ‘Poética’ de Aristóteles, que es una crítica del teatro heleno. En el teatro griego, los dioses revelan al hombre su destino; no puede huír de él. La influencia de los dioses sobre el hombre es decisiva, y es como el padre dominante que tiene el personaje en ‘El hombre lobo’. Sabe que cuando la luna está llena se convierte en un asesino. La película se encontraba construida como una catástrofe griega, sin que yo lo pretendiera en su momento, pero dio en el clavo, y por eso ha aguantado tanto tiempo.
Cuando la feria llega al pueblo, Gwen y su amiga Jenny , acompañadas por la figura protectora de Larry, deciden visitarla. Larry invita a Jenny a pasar la primera a la tienda de los gitanos a fin de que le lean la fortuna en la palma de la mano y quedarse de esta manera en solitario con Gwen y también procurar cautivarla. Cuanto mucho más se escenifica la seducción, mucho más próxima y patente se hace la amenaza del hombre lobo. «No es una mera casualidad que sean los gitanos quienes introducen la maldición del hombre lobo en la aristocrática familia británica de los Talbot.
Manuel Muñoz Heras
De esta forma, los hombres lobo ya no eran fruto de castigos divinos sino siervos de las fuerzas del mal y el resultado de maldiciones o hechizos derivados de la brujería. Es muy habitual hallar, desde alrededor del siglo XI hasta el XVIII, historias de teóricos avistamientos y casos reales de licántropos que lamentablemente son mucho más terroríficos de lo que uno podría pensar. No fueron pocos los asesinos en serie que confesaron, de manera voluntaria o después de ser torturados, practicar el canibalismo con sus víctimas y achacarlo a su condición de licántropos. Entre los casos mucho más conocidos fue el de Peter Stubbe, un granjero alemán que vivía en Bedburg y fue acusado de ser un hombre lobo y haber cometido varios asesinatos en el pueblo. Fueron los propios vecinos quienes, a partir de sus supercherías, acusaron a Stubbe e hicieron que lo ejecutaran.