Y desencadenó una locura como ninguna otra en la narración de la criptozoología, enviando turistas a las Tierras Altas de Escocia para ver por sí mismos a la criatura. Campbell afirma que la mayoría de los avistamientos reportados es en realidad cosas que son de manera fácil identificables, como estelas de botes o aves que se sumergen en el agua. Tras una investigación inicial, solo alrededor de un tercio llega al registro, e inclusive ciertos de esos no son siempre monstruosos. En múltiples contenidos escritos de 1.500 años de antigüedad, se observaron serpientes de mar, caballos de agua y kelpie de agua en las vías fluviales de Escocia. El primer avistamiento escrito proviene de una biografía del siglo VII del misionero San Columba, el santo responsable de transformar Escocia al cristianismo en la época del siglo VI. En este artículo, está con un grupo de lugareños que entierran a un compañero asesinado por una bestia acuática.
El experto ha comparado las muestras conseguidas con el ADN correspondiente a 3.000 especies. Una investigación realizado por el equipo The Super Natural History, liderado por el instructor de la Universidad de Otago Neil Gemmell, no ha sido capaz de saber la naturaleza de la misteriosa criatura que la leyenda ubica en el lago escocés. Los resultados, publicados en el mes de septiembre de 2019, enseñaron que hay unas 3.000 especies presentes en el lago Ness, muchas de las cuales viven a nivel microscópico. Pero los resultados asimismo incluyeron animales grandes como 11 especies de peces, 20 mamíferos y tres anfibios. En junio de 2018, reunió a un equipo conocido como los Cazadores del lago Ness que incluía expertos en biología marina, evolución, arqueología, ecología molecular y especies acuáticas… Durante dos semanas, navegaron por el lago recogiendo 250 muestras de agua.
Entonces, ¿el Monstruo Del Lago Ness Es Verdadera?
“Pudimos identificar la vida en el lago con cierto nivel de confianza”, comenta Gemmell. Una película de 1960 atrapó algo que inicialmente se creyó que no era identificable, pero un análisis reciente con enfoque de imagen descubrió que probablemente era un barco borroso. Todos sus 19 “avistamientos” fueron estelas de botes o aves de cuello largo en pos de peces.
El artículo de Inverness Courier de mayo de 1933 enseña de qué forma un popular hombre de negocios y su mujer conducían por la costa norte del lago Ness cuando presenciaron una “tremenda agitación” en el agua. Esta es la fotografía mucho más famosa del monstruo del lago Ness, tomada en 1934. Y aunque 60 años después se confirmó que era falsa, sigue siendo muy popular. Clark reconoció, sin embargo, que su teoría no enseña supuestas visualizaciones precedentes -la primera data del siglo VII- o siguientes del monstruo, con lo que jamás se sabrá realmente todo cuanto esconden las aguas de ese lago. “Estoy seguro, no obstante, de que no tiene que ver con ningún animal prehistórico”, aseveró.
Cilento, La Tierra Que Extiende La Vida
Si bien en un comienzo se mostró entretenido, el Daily Correo las envió al Museo de Historia Natural para su análisis. Se trataba de un poderoso animal de patas blandas, pero de un hipopótamo (afín al que Wetherell había cazado en África). La publicación llamó la atención a Wetherell sobre su farol, y este regresó a Londres abochornado.
Aunque es la falsificación más famosa de Nessie, no es ni mucho menos la única. En 1972, una foto tomada a lo largo de una expedición conjunta de la Academia de Ciencias Aplicadas y la Oficina de Investigación del lago Ness muestra en teoría un “objeto parecido a una aleta”. Publicada en múltiples gacetas de enorme probabilidad, reforzó la iniciativa de que había algún género de criatura de gran tamaño en el lago Ness. No obstante, las pruebas asimismo apuntan a que se trata de una manipulación. “Al final, esa foto resultó estar retocada y puesta del revés”, afirma Shine.
Algunos de ellos son cuentos históricos -como el de San Columba- que se encontraron al rastrear contenidos escritos centenarios. Otros son avistamientos modernos extraídos de informes directos, artículos de prensa y otras fuentes. El lago Ness es un turbio loch (lago en gaélico escocés) de 35 km cuadrados con una profundidad máxima oficial de 230 metros en las recónditas Highlands escocesas.
La Teoría Que Podría Probar La Presencia Del Monstruo Del Lago Ness
Asimismo recogieron bastante ADN que no lograron emparejar con una clase conocida , dado a que las secuencias eran demasiado cortas, faltaban hebras u otras anomalías. Claro, ciertos podrían emplear esto como prueba de que el plesiosaurio Nessie todavía está por ahí, pero, al igual que la búsqueda de Bigfoot, la carga de la prueba es localizar evidencia para corroborar que algo existe. Hoy en dia, Gemmell pertence a los líderes de Nueva Zelanda en la investigación del ADN ambiental y describe su trabajo como una recopilación de “todas las partes que dejamos al pasar por un ambiente. En los últimos años, su trabajo comenzó a atraer la atención de los estudiosos de criptozoología, incluidos esos que procuraban Bigfoot. El emprendimiento salió sin prueba de que el mar entrara en el lago al final de la Edad de Hielo.
Más allá de que es la falsificación más famosa de Nessie, está lejos de ser la única. En 1972, una foto tomada durante una expedición conjunta de la Academia de Ciencias Aplicadas y la Oficina de Investigación del Lago Ness supuestamente muestra un “objeto con forma de aleta”. Impreso en varias gacetas creíbles, fortaleció el en el caso de que había algún tipo de criatura grande. No obstante, la evidencia asimismo apunta a que también fue una manipulación. Wetherell, en busca de venganza, reclutó a su hijo, Ian, y a su hijastro, Christian Spurling, para crear un Monstruo del Lago Ness. Hicieron esto tomando un submarino de juguete de hojalata y también injertando un cuello curvo de un pie de largo de madera plástica pintada de gris en la parte de arriba.
Un Año De Investigación En El Lago Ness Lanza Tres Teorías Sobre El Monstruo
El último se causó el pasado 7 de agosto por la parte de una ciudadana china. Muchos de ellos se descubrieron fakes tremebundos, como la mítica foto de un juguete submarino. “Efectivamente, estábamos usando una red molecular para capturar el material celular y luego extraíamos el ADN de esa secuenciación para ver qué especies estaban presentes en el material celular encontrado en el agua”, dice Gemmell.