Había una secuencia de niebla preciosa que era de lo mejor que rodamos para La leyenda del tiempo pero que no entró, pues no cabía… era la típica secuencia muy buena que destroza todo cuanto hay alrededor. Quizá sería atrayente meditar Entre 2 aguas por ejemplo tras La próxima piel, donde ya estaba muy presente este estilo de gran realismo, con una planificación con mucha cámara en mano, y que en ese sentido quizá haya podido ser un óptimo entrenamiento para Entre dos aguas. No, y ese es otro fundamento por el que el paisaje no estaba en La historia de historia legendaria del tiempo, ya que existía verdaderamente forma de hacer ese tiro de cámara descriptivo del paisaje de la Casería, salvo que lo hicieses desde el mar (que es un tiro muy artificial pues correspondería a alguien que está nadando), por el hecho de que estas torres aún no se habían construido. Las edificaron después, en el instante de máxima especulación inmobiliaria, y son tres torres que están casi quebrantando la ley de costas y que pertenecen a una clase popular diferente, de modo que hay un intento de expulsión de la gente que vivía en la Casería para que vaya gente de otra clase social y con otros medios a vivir allí, como ocurre en otras partes. En verdad, el plan pasaba por el hecho de que la calle en donde habitan ellos iba a desaparecer pues iban a llevar a cabo una rotonda, pero entonces llegó la crisis y gracias a eso no les han expulsado totalmente y hay las casetas (porque ahí debía ir un recorrido marítimo).
Ya que quizás bajar un poco el ritmo, si bien nunca se conoce. Por un lado, estoy contentísimo con Entre dos aguas, por una vez me siento muy efectuado y satisfecho. Y por otro, lo cierto es que los proyectos con los que sueño no veo mucho de qué manera hacerlos, y si tengo que proseguir dándome golpes contra la pared, quiero hacerlo un poco mucho más despacio. Consigue que parezca fluido, natural, transparente y fácil juntar películas de estilos tan diferentes dentro de exactamente la misma. Eso ahora se encontraba en Mapa, pero quizás ahí se veían algunas bisagras todavía, y en esta en cambio ya no se aprecian, o ya no importan… Es una gran película. Hay un momento de mucha verdad que es en el momento en que Isra le está cambiando el pañal a la pequeña y viene la mayor, Daniela, y le pide si desea que le asista, que parece prácticamente como una hermana tratando robar plano o importancia, pero al unísono está hecho con una naturalidad increíble.
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Esta es algo que me parecen más importantes del cine, que es que nos deja vivir experiencias que nuestra vida, de otro modo, no nos hubiera ya establecido a vivir. Poder vivir en San Fernando, o con los dogones, o en Perú, o con un multimillonario suizo. Y nosotros en ese instante deseábamos vivir en San Fernando.
En el plan de rodaje había sosprechado un chato corto, que iba a ir de la lápida al rostro de Isra, y cuando hicimos el general me percaté de que podría haber sido de una bestialidad tremenda, y no me vi con la capacidad de hacer ese plano. Me pareció innecesario, por el hecho de que el instante tenía una fuerza que quizás yo no había previsto. Pero el audio sí que lo teníamos, pues llevaba un micrófono inalámbrico, pero ocurrió un poco lo mismo, que en la mezcla de sonido decidimos dejarlo en el límite de la ininteligibilidad.
Entrevista Isaki Lacuesta
Pero el caso es que nos tiramos un mes allí en Cádiz, con todo el equipo y el material de cine, aguardando a que naciese Manuela, que no nacía. Y es lo mucho más caro que he rodado nunca, por el coste de la espera. Pero me gusta que lo mucho más costoso que he rodado nunca no sea una escena de dinosaurios, sino más bien un parto. [Risas.] Hay aquella película de Kiarostami donde están esperando la desaparición de una mujer [El viento nos llevará ], y el equipo está todo encerrado en una habitación, angustiados… Ya que en nuestro caso era del revés.
Y eso sí que está muy rodado como se rueda la ficción, con oraciones ya decididas, repitiendo muchas tomas en las que vamos afilando. Fue muy bonito ayer en el estreno, porque Daniela terminó la proyección llorando, conmovida. Tiene esa capacidad de interiorizarlo todo y de trasmitir. Tú considera que te pasa eso, y lo que creas que te pasa va a llegar”, por el hecho de que es que Isra si piensa que está triste y que le dejaron, se pone a pensarlo y le llega al público. ¿Y la escena del cementerio, cuando Isra visita la tumba de su padre?
Por ejemplo, los momentos en que juegan a juegos para videoconsolas, o cuando están con la cortina, que es un instante cómico en la primera pero que de repente después de ver la segunda te puedes hablar de que están esperando a ese padre que no llega. (…) Pero llegó un punto en el que me percaté de que para que se entendiera bien ese contraste entre ese instante en la niñez en que todo era posible para ellos y el en este momento, y ver esa cara de felicidad de Isra cuando sale de la nieve, hacía falta ver el pasado. Y que esa cara del Isra niño se proyectara sobre los planos de sus hijas en este momento. Es una secuencia que se acerca mucho más a otro tipo de códigos de la ficción y no al de radical realismo que nos encontramos conduciendo en Entre dos aguas. Este viernes 30 de noviembre se estrena en cines la ganadora de la Concha de Oro a la Mejor Película en el Festival de San Sebastián, Entre dos aguas.
Cineteca La Capital De España
Que sintieras lo que le está pasando sin necesidad de comprender las palabras específicas. Era una cuestión también de pudor hacia ellos, aunque claro que Isra sabe perfectamente que lo estamos grabando y está poniéndose en escena, pero este quizás sería otro de esos momentos en los que estamos más cerca de una emoción real por parte de Isra. Porque sí que es esa realmente la tumba de su padre, y por tanto es un tema que al personaje como a la persona le sigue afectando. Sí, pero cuando comienza la pre-producción ya concretamos mucho más el guion para bajarlo a un plan de rodaje.
Desde aquí hay bastante diálogo con Isra y Cheíto, bastante viaje a San Fernando, y hacemos varios guiones. Pero son unos guiones y unos tratamientos que jamás damos a los actores, para no condicionarles. Hace unos 5 años comenzamos a tomar notas ahora seriamente, pues nos hemos proporcionado cuenta de que había pasado un transcurso de suficiente tiempo, y de que el hecho de que Cheíto fuera militar y estuviera en la armada le daba un punto muy narrativo que activaba de alguna forma la película. La fácil oración de “Cheíto es militar y fué a Somalia” ya suena al comienzo de una película o de un cuento. Y ahí empezó esa composición de los 2 hermanos, uno militar y el otro vendedor, con 2 mundos opuestos, antagonistas… que nos daba una estructura argumental que servía, y comenzamos a trabajarla. Tuvimos muchas dudas, pero verdaderamente estábamos cautivados por estos hermanos, Isra y Cheíto.
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Ves una Rusia eterna, unos campesinos rusos… y de pronto llega un instante en el que charlan de la Perestroika y te percatas de que son los años 90. Son muchos años que he ido mudando de idea mil veces. Hubo un momento en que llegué a meditar incluso que esta era una película en blanco y negro, hasta el momento en que volví allí y dije “pero en qué estaba pensando”. Hubo un instante en que era una película de invierno, y eso sí que lo veía muy, muy claro, porque hay unas nieblas excelentes allí.
En ese momento, el joven dejará una de sus pasiones de lado, el cante. Mientras, la llegada a la ciudad de Makiko, una muchacha de origen japonés y una apasionada del flamenco cambiará su historia para siempre. Las opiniones de los clientes del servicio, incluyendo las votaciones del producto, asisten a otros clientes a obtener mucho más información sobre el producto y a elegir si es el adecuado para ellos. Otra escena muy emocionante es cuando Isra está mirando desde la azotea de su amigo, y mira los sitios del vecindario que le hemos visto habitar (la piscina hinchable del Lolo, la playa donde marisquea…), y me semeja muy bonito pues parece que se mire a sí mismo en ese momento en que piensa sobre su vida. Hay también otras secuencias mucho más intermedias, como la conversación de Isra y Cheíto junto al coche, en las que yo solo planteo una situación y desde aquí ellos lo llevan un poco por donde quieren, tirando millas y hablando de sus temas con sus palabras, y yo les voy reconduciendo o no en función de de qué forma vayan.
Hay un cachito pequeño de mi cabeza que dice que me agradaría continuar toda la vida, y hay otro que afirma que ni ido, que lo realice otro. Pero sé que quizás en 6 años o 7 el emprendimiento volverá a llamarme a la puerta, y ahora veremos, porque también va a depender de de qué forma vayan nuestras vidas, las suyas y nuestra amistad. Se da la paradoja además de que observando Apuntes para una película de robos uno siente, o yo al menos sentía, ganas asimismo de ver esa otra película de ficción y narrativa para la que Siminiani está tomando “apuntes”. Lo digo porque ese cuchillo era fundamental en La historia de historia legendaria del tiempo, en tanto que era un obsequio de Soichi, el cocinero japonés de sushi, y lo utilizaban para marcar sus alturas en el árbol, y en Entre 2 aguas hace aparición, pero en la escena en la que Isra corta droga, no aquí en el árbol.