Malasaña 32 Monstruo

“Pienso que llega un momento en las películas de terror en el que el espectador se acomoda y no le importa lo que les pase a los individuos, simplemente está esperando dónde saldrá el monstruo. De ahí que, le dimos bastante peso a que nos importara la situación familiar y ese drama”, añadía Pintó. Junto al gestor de Botet, unos individuos muy trabajados, cuya evolución es aparente durante la cinta, crean a una familia Olmedo que ofrece un perfil muy real de la familia de españa de esa época, con sus problemas de dinero, sus riñas internas y el drama que supone soliciar favores para hallar trabajo. El director explicó que otro matiz poco habitual de este género cinematográfico y que da un “punto de originalidad” a esta película son las situaciones de terror ambientadas de día. “Estábamos intentando encontrar esa idea del terror diurno, de que no estés a salvo jamás, de que no le realice falta que se realice a la noche a fin de que te acojones”, mantiene. El cineasta matiza que hay una doble lectura en la crónica de los Olmedo, una familia “un tanto desestructurada” que llega a Madrid desde el campo en pos de nuevas ocasiones y también procura crecer en la enorme localidad “pero se lleva un bofetón”.

Por su parte, Begoña Vargas, que da vida a la hija mayor de los Olmedo, Amparo, opina que la película exhibe otra moraleja esencial, que no viene dada por la familia, y apunta que elige no desvelarla “para no llevar a cabo spoiler”. La vivienda en la que tiene sitio la película se situa en la calle Malasaña 32, pero esa casa nunca existió pues la calle termina en el número 30. El edificio que hace aparición en la película está realmente en la esquina de San Bernardino con la calle 2 Amigos. “Es una película muy especial. Creo que no se ha hecho una película como esta en España, de un terror tan de aquí. La iniciativa era que el terror viniera de lo diario, de lo que contamos a lo que nos rodea”, explicaba su director, Albert Pintó.

Javier Botet, De Monstruo A Administrador De Fincas

Así, apunta que la situación que viven en su nueva casa “no les asiste para sobrepasar sus enfrentamientos internos”, los cuales se ven forzados a enfrentar para sobrepasar un mal mayor. “Me encanta el drama o la comedia, pero jamás me quejaría si no saliera jamás del terror pues es una bendición. Tengo la fortuna de que, cada vez más, los directores le dan otra vuelta a mis individuos, como en \’Malasaña 32. No quiero llevar a cabo menos cine de terror, quiero llevar a cabo más cine de todo”, puntualiza. Segura cree que este suceso permitió hacer individuos “con muchas capas” que evolucionan en varios sentidos; al paso que Iván Marcos, que en el largometraje interpreta a Manolo, marido de Candela, apunta que el principal mensaje de la película tiene que ver con la carencia de seguridad que hay en la familia en torno a lo que sucede en el edificio.

De paso, el largo es casi un almanaque del 76, con una colección inacabable de referencias que lo transforma inminentemente en un producto nostálgico. Hay canicas, hay peonzas, hay un globo, 2 globos, tres globos, está Raphael, está Julio Iglesias, y está especialmenteConcha Velasco, que participa con un personaje relevante… Tampoco renuncia a referencias a otros largos o series, y hay bastante a The Conjuringy a las historias de la familia Warren, pero también a Stranger Things o una obra que -inevitablemente, si bien no fuese una referencia explícita para sus autores- le precede como hermana mayor, Verónica, de Paco Plaza. Además, ha matizado que su intención era reflejar la necesidad que el ser humano tiene de tener a alguien al costado que le apoye de verdad y le crea “sin meditar que está desquiciado”.

Entrevista Con Su Director Albert Pintó

“Esa parte da mucho más miedo todavía para el propio personaje por el hecho de que no solo te encaras a algo extraño, sino asimismo a tí mismo por el hecho de que consideras que eso que está pasando no puede suceder de verdad”, ha concluido.

Los guionistas de la película investigaron los casos reales que se habían producido en España a lo largo de la época de la Transición para plasmarlos en el guión. De hecho, el vecindario de Malasaña protagonizó muchas portadas de sucesos y fue destacable su aparición en las crónicas de la llamada \’España negra\’. En este contexto, es importante que no pasen inadvertidos, por la brevedad de su intervención, individuos clave como el gestor, interpretado por Javier Botet. Elementos cotidianos que daban “paz y amor”, como “una canica, una peonza o un tendal en el hogar” consiguen un nuevo y macabro sentido en Malasaña 32, según señala Albert Pintó, director de la película. “Es algo que venía muy bien correcto en el guión, escrito por Ramón , Gema [R. Neira], David y Salvador , que hicieron un trabajo increíble con ese terror de lo diario”. Pintó no realiza una enorme revolución en el género ni una nueva referencia, pero sí logra armar una película disfrutable, amena, con muchas buenas ideas, y que busca llegar mucho más allí que unos cuantos chillidos, teniéndolos también bien delegados en todo el metraje.

En Malasña 32, lo que menos podía imaginarse la familia Olmedo, a finales de los años 70 y en plena Transición, es que en su novedosa casa no estuviesen solos. La vivienda que han comprado tiene más sombras que luces y en ella habita un peligro del que van a deber defenderse. Aparte de Botet, la cinta cuenta en su reparto conBegoña Vargas ,Iván Marcos ,Beatriz Segura ,Sergio Castellanos yJosé Luis de Madariaga .

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Lo son por mérito propio, por el hecho de que se han abierto sendero con un género que ni muchísimo menos goza de una tradición consolida entre las productoras, ni puede alardear de tener títulos para la posteridad todos los años. Ramón Campos, de Bambú Producciones (Velvet, Fariña) deseaba llevar a cabo terror, y con un guión escrito a ocho manos, escogieron a Albert Pintó para capitanear la puesta en escena de Malasaña 32, que ayer se presentó en Kinepolis Paterna bajo el paraguas del Festival de Cinema Antonio Ferrandis. “No deseaba realizar una película de terror que fuera únicamente una consecución de escenas. Quería contar una historia y me interesaba la familia, la identidad, las relaciones materno y paterno filiales”, enseña a este diario Albert Pintó. La historia acaba siendo un manifiesto en favor de la diversidad y de los modelos de familia que se consideraban disfuncionales en aquella temporada.

La conjugación del terror basado en lo paranormal con el temor a una exclusiva vida en la localidad sientan las bases del retrato que \’Malasaña 32\’ pinta de una familia española de finales de los 70 que se instala en Madrid. Un retrato hecho a base de pinceladas de situación, dramatismo y elementos cotidianos como principales causantes para producir miedo. En \’Malasaña 32\’ el miedo no brotará en el espectador como producto de sustos al uso, monstruos de manual o portazos inesperados. VALÈNCIA. Chicho Ibáñez Serrador, Jaume Balagueró, Alejandro Amenábar oPaco Plazason las referencias contínuas del cine de terror español.

\’malasaña 32\’: Javier Botet Bromea Sobre Su Parecido Con Peter Dinklage

“Esta familia cambia de lugar para intentar vivir mejor, piensan que esa es la solución a sus problemas, pero están con que eso no es así. Lo duro es que hay inconvenientes fuera y que en el momento de regresar a casa no estés a gusto tampoco, por el hecho de que eso provoca que por el momento no te quede ningún espacio”, señala. El director Albert Pintó comenta que ha apostado por un reparto “que no estuviese compuesto por las caras de siempre”. El largometraje lo protagonizan Begoña Vargas, Iván Marcos, Bea Segura, Sergio Castellanos, y Javier Botet, que como bromea Pintó “por vez primera no hace de monstruo”. Por su película Matar a Dios el directivo Albert Pintó fue galardonado con el Premio del público en en Festival de Sitges. Vargas, que para afrontar su primer papel personaje principal en un largometraje reconocía haberse inspirado en personajes de la serie \’La maldición de Hill House\’ , da frescura y credibilidad a un personaje que se establece como piedra angular e imagen de la promesa dentro de todo el horror y la oscuridad que la historia encierra.

“El misterio que transporta Amparo hace medrar el mal en la vivienda. La no comunicación, el no abrazar los inconvenientes, provoca que los inconvenientes se extiendan, y eso también quería contarlo”, añade. “En la peli existen muchas sorpresas y se marchan descubriendo cosas inesperadas. El administrador es un personaje humano, algo atípico por mi parte en las películas de terror, gracias a que Albert, que sabe que soy un frecuente en el cine de terror, le dio una doble vuelta al personaje para despistar al público”, sostiene Botet. Todo cuenta y todo suma para dar temor en este segundo largometraje de Pintó, el que está, para mucho más inri, apoyado en hecho reales. “Ha creado personajes con considerablemente más capas de lo que sería habitual en una película de terror pura y dura donde el actor está al servicio del susto”, resaltaba la actriz Bea Segura, que encarna a Candela, la madre de Amparo.

El miedo en esta cinta, que se estrena el viernes próximo 17 de enero, va a llegar por medio de la existencia de un fenómeno paranormal que utiliza lo cotidiano, así como elementos característicos de la tradición de españa, para estar comunicado. “También protege mucho de sus hermanos y de su abuelo, es como una segunda madre para ellos”, cuenta Begoña Vargas, la actriz que da vida a la hermana mayor, que encarna la ilusión y las pretensiones al llegar a la enorme localidad. Botet mostró su agradecimiento por poder desarrollar su carrera en el cine de terror, un sueño que persigue desde la infancia, aunque asegura que también le encanta participar en comedias o en dramas pues “ama el cine en todos sus géneros” y le encanta escapar del terror, refrescarse y volver a entrar en él.