Según los especialistas de la compañía municipal, este apunte coincide con la escasez de lluvias en 2021, que influye en un menor arrastre de materiales por las redes. Otra circunstancia que, a su juicio, explicaría esa disminución de restos es la menor acumulación de sólidos en las conducciones debido al incremento de la periodicidad de la inspección y la limpieza de la red de saneamiento que Emasa lleva aplicando desde 2019. Sin embargo, Enguídanos ha asegurado que “merced a las campañas de concienciación con en comparación con empleo de este tipo de productos, el último estudio más reciente de finales del pasado año cifra el coste de 1,5 a 2,65 euros por persona y año”, lo que elevaría el coste de la reparación de los daños a 120 millones de euros cada un año en España y casi 13 millones de euros en la Comunitat Valenciana. “En los últimos tiempos el consumo de toallitas húmedas ha incrementado considerablemente hasta el punto de que en la actualidad se usan casi para cualquier uso; el inconveniente es que en muchos supermercados y enormes superficies se etiquetan como tirables vía inodoro en el momento en que no lo son al no existir regulación nacional alguna”. Así ha resumido esta fenómeno Sandra Enguídanos, técnico de Global Ominum, que administra varias depuradoras en toda España incluida la de València. Las 1.540,68 toneladas sobrantes son extraídas de forma directa de los más de 2.000 kilómetros de tuberías que constituyen la red de saneamiento.
Aunque puede parecer un inconveniente menor, el uso de toallitas está ocasionando genuinos estragos en la mayor parte de capitales españolas en forma de atascos en la red de alcantarillado y en las depuradoras, cuya reparación supone costos millonarios para las arcas públicas, en la mayor parte de casos por la parte de los municipios. Ya pueden amenazar con multas los ayuntamientos, ya tienen la posibilidad de legislar los parlamentos, ya pueden activar mecanismos de prevención las compañías de aguas y saneamiento. Si el ciudadano pasa de todo y sigue tirando las toallitas al inodoro, el \’monstruo de las toallitas\’ seguirá medrando y medrando, devorando capitales a dentelladas de miles de millones de euros y colapsando, no solo las cañerías y las depuradoras, sino más bien ríos y mares. En Nueva York, Sidney, París o Buenos Aires, el \’monstruo de las toallitas\’ también habita la red de alcantarillado, surgiendo de vez en cuando al asfalto o las aceras. En Londres, el \’Times\’ ofrecía este verano un informe a sus leyentes sobre la llamada \’isla de toallitas húmedas\’ que se ha formado en el Támesis. Este problema se ve agravado en las depuradoras durante los meses de verano porque el caudal que llega a las redes de saneamiento es menor, por lo que se multiplica la densidad de estos residuos, que no son, ni de lejos, tan biodegradables como se piensa en tanto que no se deshacen tan rápido como el tradicional papel del váter.
El \’listo\’ Que Procuró Un Hatajo En El Nudo Norte De La Capital De España
Esta historia la conocí ayer después de una entrevista en Matadepera Ràdio al periodista Javier Pérez Campos, un tema que abordó en su primer libro En busca de lo imposible , y me percaté que la realidad supera, la mayoria de las veces, a la ficción. Recordé la campaña que en la actualidad se está emitiendo por múltiples medios de comunicación, con el lema, Estamos creando un monstruo. Este contenido está efectuado por un anunciante y no interfiere en la información de eldiario.es. Además, “el objetivo es que el Gobierno convierta esta normativa en una ley de obligado cumplimiento para los desarrolladores, de manera que se evite confundir al cliente”.
«La práctica integridad de los restos sólidos que se retienen son toallitas higiénicas», precisan desde Emasa. También apunta que según la Organización de Consumidores y Clientes en ciudades como Valencia, se llegan a recoger más de tres toneladas de toallitas húmedas de año en año solo en la red de alcantarillado, lo que genera una factura millonaria al cargo de las arcas municipales, es decir de todos los ciudadanos. La situación es tan grave que el consistorio valenciano aprobó en 2015 una ordenanza municipal por la que se prohíbe a los ciudadanos arrojar toallitas húmedas al inodoro al ser “una práctica que traba las cañerías por el hecho de que no son eliminables por el sistema de depuración y suponen un grave gasto para las arcas públicas”. Las multas pueden ir de los 750 a los 3000 euros en dependencia del daño causado. Cada mes van de la EDAR de Silvouta quince toneladas de residuos no reciclables, 180 por año.
La planta depuradora de Calo, inaugurada a principios del milenio en el momento en que las toallitas higiénicas solamente eran un problema, debe depurar las aguas residuales que genera parte del concejo de Teo y también de la población amiense de O Milladoiro. Con una aptitud máxima que hace años ahora se vio superada por la verdad demográfica de entre las zonas más pobladas del área metropolitana, las instalaciones teenses padecieron el pasado fin de semana una doble avería causada en menos de 48 horas por el colapso de las bombas de filtrado. El pasado sábado, las cuatro piezas de la planta han quedado tupidas a la vez por la acumulación de toallitas higiénicas. El servicio de Augas de Teo procedió a adecentar las piezas pero tres de ellas volvieron a obstruirse o por exactamente la misma causa al día siguiente, con el riesgo de sufrir una avería por sobrecalentamiento, lo que supondría un gasto mínimo de 800 euros por cada reparación.
La Capital De España Directo 02112022
Pese a las continuas campañas de sensibilización, todavía muchos son los ciudadanos que prosiguen tirándolas por el retrete obviando que al estar compuestas de fibras textiles tardan unas un par de semanas en descomponerse (el papel del váter lo realiza en cuestión de horas). Desaparecen en relación se tira de la cadena, pero en algún momento terminan aflorando en la red de saneamiento. Sólo en Málaga capital, la Empresa Municipal de Aguas extrajo el año pasado 2.502 toneladas de residuos sólidos, en su mayor parte generados por las marañas de toallitas húmedas, lo que piensa un incremento del 0,46% en relación a 2020. Para hacerse un concepto de este \’monstruo\’, equivale al peso de 13 aeroplanos comerciales. En España, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento , alertaba hace un par de años que los atascos ocasionados por las toallitas en las infraestructuras públicas de saneamiento, como redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras de aguas residuales, desarrollan un sobrecoste de más de 230 millones de euros por año. A nivel comunitario, un informe de la Federación Europea de Asociaciones Nacionales de Servicios de Agua, Eur Eau, eleva los daños ocasionados por las toallitas húmedas a mucho más de mil millones de euros.
La variedad de residuos que los malagueños tiran por el wc es bastante amplia. Bastoncillos para los oídos, colillas, tampones, restos de comida, aceite utilizado, pintura e incluso pañales. Con la pandemia han aparecido otros protagonistas como los guantes y las máscaras, pero las estrellas siguen siendo, con diferencia, las toallitas higiénicas, hasta el punto de que desde hace unos años son el inconveniente más grave de las redes de saneamiento tanto por los atascos como por las averías o fallos que causan. En este país, la localidad de Valencia ha albergado un caso similar, con la acumulación de múltiples residuos que, por ahora, han comportado la retirada de sobra de 5.000 toneladas de toallitas húmedas, con un coste superior a los 8 millones de euros.
La Capital Española Directo 08112022
Respecto a los daños en el medio natural, cuando las toallitas húmedas eliminadas por el wc superan las barreras de régimen y gestión de aguas residuales y llegan a los ríos, terminan por enredarse con las ramas y los lodos reteniendo la corriente, alterando los hábitats y acelerando los procesos de eutrofización. Asimismo, al dejar en libertad los microplásticos que poseen, actúan como un poderoso contaminante que se transmite durante toda la cadena trófica. Ante esta situación, en el Ayuntamiento recurren a la concienciación ciudadana.
Según Enguídanos, la problemática principal de estas toallitas se presenta en su origen puesto que la composición de muchas de ellas son tejidos de fibras compactadas en vez de celulosa que se muestran como biodegradables para el consumidor“.
Pésimos olores y balsas de aguas fecales procedentes de las alcantarillas y vertidos a ríos, riachuelos o de forma directa al mar por el hecho de que los equipos no dan mucho más de sí. La “serpiente” sacada de las alcantarillas era de un intenso color negro y tenía una longitud de tres metros de largo. Ciertas aclaraciones aun apuntaban que el extraño ser disponía de una suerte de tentáculos y asimismo tenía ojos. Entre las hipótesis planteadas por un veterinario local era que el organismo era en realidad tripa de caballo, debido a la cercanía de un matadero. Parece, sin embargo, que después de mucho más muestras analizadas en otras ciudades como Barcelona y La capital de españa, la masa viscosa podría ser de todos modos una acumulación de restos echados a través del retrete. Las propias compañías, que fabrican y venden esas toallitas,ilustran en sus paquetes de toallas,que tienen la posibilidad de ser lanzadas por el wc.